sábado, 14 de mayo de 2011

Historias...

Esta vez el taxista no hablo conmigo, sino que yo iba adelante y escuchaba la plática de dos señores que iban en la parte de atrás.

Ellos eran albañiles y hablaban de un compañero suyo que era ingeniero de obra, tenía gente a su cargo y que ahora anda fregado, pobre y creo que amante de la botella. En eso la conversación paso más o menos a esto:

Pensona1: Y ahora no tiene nada
Persona 2: Yo no lo conozco pero lo he visto, esta todo flaco y fregado
Persona 1: Antes era ingeniero, manejaba gente
Persona2: Pero ya vez es su castigo
Persona 1: Si está siendo castigado por sus pecados, por no acercarse a dios
Persona 2: Está recibiendo su castigo….

Y yo me pregunto, realmente se están dando cuento de lo que dicen?, Hablan de las desgracias de un compañero suyo con orgullo, porque eso sí, usaban un tono de orgullo y superioridad que daba miedo.

Porque les enorgullece tener un dios vengativo y cruel, porque llenar su boca con frases de “se lo merece por no creer en lo que yo creo”, porque la satisfacción de saber que su dios es un dios castigador?.

Y no digo que la persona no merezca lo que le pasa, al contrario, creo que lo malo que te pasa es consecuencia de tus actos. Pero jamás estaría orgullosa de que un borrachito sufra porque mi dios así lo quiso.

No sé, yo escuche esa conversación y di gracias de que el dios que ellos veneran no me conozca, y que haga el favor de no conocerme, porque amigos tan ojetes como ese dios ni regalados.

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