miércoles, 28 de septiembre de 2011

Choros Existenciales

Nada como una visita al seguro social para ponerse a filosofar sobre la vida y el futuro.

Todos los que me conocen saben que nunca he soñado con casarme, a pesar de que mis padres llevan más de 30 años juntos jamás he añorado una vida de casada.

Pero lo que nunca digo pero todos han de saber es que le saco al compromiso, tengo una terrible aberración a que invadan mi espacio personal, y lo tengo a tal punto que mis relaciones siempre son informales y duran de 2 a 4 meses. Siento que si pasa más tiempo esa persona podría llegar a conocer esa parte de mí que oculto al mundo, esa parte que si dejara salir me quedaría sola… no todos pueden lidiar con las voces de mi cabeza y lo que ellas gritan.

Pero mientras hacía fila para mi análisis de sangre mensual veía a un señor en silla de rueda y me puse a recordar a un amigo de mi padre que después de un tiempo se volvieron a encontrar y su amigo ya no tenía una pierna, pues la había perdido por la diabetes.

Y de repente me dije “Debería sentar cabeza antes de que me falte algo”, me llego la idea de que si ahora que estoy completa y más o menos en buen estado no dejo de huir de la gente, cuando me corten una pierna o no tenga un brazo (que eso es más probable) ya no habrá nadie que desee estar conmigo. Digo no es lo mismo la mercancía en buen estado que a la que le faltan piezas.

Y no es que crea que todos los diabéticos terminan amputados, nooo, algunos mueren por coma diabético y otras cosas jejeje. Pero me conozco, se lo irresponsable y loca que me pongo así que la pérdida de un brazo si es posible.

Pero en eso una de las voces de mi cabeza se puso al tiro y de repente me dije “Hay no mames, que pinche desesperada de afecto suenas, como si no te quisieran, ya ni la chingas. Que tu no quieras a la gente no significa que ellos no te quieren… dramática”. Y mi otra voz (porque somos 3) me dijo “Pues siempre me he imaginado sola, envejecer con alguien arruinaría mi plan final, eso sin contar que tendrías que explicarle lo de nosotras… tonta”.

Y así llegue a la conclusión que si hay un tipo sin brazos ni pierna que da consejos motivacionales y tiene una casota, yo puedo vivir sola, vieja y sin un brazo… vamos que no es el fin del mundo.

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