lunes, 14 de julio de 2014

Mi cajita de cartón

Pues después de años de esperar que mis puntos de infonavit me permitieran tener una casa, mate mis sueños guajiros y mande todo a la mierda. Decidí comprar para lo que me alcance y listo, y así, al chilazo y sin ninguna pasión he adquirido un departamentito donde poder morir en paz.

Ya tengo algo mío aunque sea una cajita de cartón… pero bueno, soy como un gato, cualquier caja me entretiene y me es igual.

La ventaja de que sea algo pequeño es que no tuve que pagar ni madres de enganches o anticipos, al contrario, con el subsidio que da el gobierno a las mujeres solas y quedadas hasta el contrato del agua me salió gratis.

Para mudarme lo único que necesito es un refri donde meter mi insulina aunque de todos modos ahora no puedo mudarme,  según la paranoica de mi madre primero debo enrejar todas las ventanas, cambiar llaves y cosas así.

Mañana me da las llaves, así que veré el modo de ir metiéndole lo básico, no me mudare de inmediato, pero a lo mejor pase mis fines de semana ahí y así pueda tener mis descansos en paz sin la bola de arrimados de siempre.

Lo único que me dolerá en el alma, son mis gordos, ellos están acostumbrados a una casa grande de 2 pisos, a un amplio patio con palmeras y pues no les voy a quitar todo eso para vivir encerrados en un micro cuarto de cárcel con baño; por ello me mudare sin mis gatos.

Claro que tampoco es que cambie de ciudad, así que no pierdo a mis gordos, solo los dejare en su buena vida de reyes.

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